martes, 18 de junio de 2013

Yo también quiero ser europea



Hoy debería reincorporarme al trabajo tras mi baja maternal. Han pasado las 16 semanas que me corresponden por ley desde que nació mi segundo hijo y hoy debería volver a mi rutina laboral. No será así porque, como muchas otras madres, he sumado mis días de lactancia y permisos por vacaciones para retrasar un poquito el destete físico y emocional de mi pequeño.

Mi hijo apenas tiene tres meses y medio. No ingiere sólidos, no fabrica anticuerpos y apenas distingue el día de la noche. Y aún así debería buscar una guardería, o contratar a alguien que lo cuidara, o abusar de la generosidad de mi madre y echarle una –otra más- carga encima.

Cuando se aborda el tema de la duración de la baja maternal en España siempre se redunda en los inconvenientes para el niño. Pero déjenme que les hable de la madre.

Todos alaban los beneficios que acarrea la lactancia materna, yo soy una firme defensora de ella. Pero pocos se acuerdan del desgaste físico que conlleva para la madre, del cansancio y la falta de sueño.

Yo creo que la baja por maternidad la ideó un hombre. Sí, el primer día que su mujer le dijo que había dormido cinco horas seguidas, él le respondió que ya era hora de que volviera a trabajar. (No les miento, la semana pasada por fin conseguí empalmar cinco horas de sueño durante tres noches seguidas por vez primera en muchos meses).

La recuperación post-parto, el desequilibrio hormonal, la adaptación de los hermanos al nuevo miembro de la familia…son otras de las perlas que ya se suponen superadas y que “perfectamente”, según los expertos –la mayoría de ellos hombres claro, si no, no se entiende-, se pueden compatibilizar con ocho horas de trabajo.

Y no olviden la presión social que la vuelta a la vida laboral conlleva para las mujeres. -“¿No te planteas una excedencia?”. Claro que sí, ya me gustaría, pero mi cuenta bancaria no opina lo mismo. -¿“Lo vas a meter en una guardería, con la de virus que hay en ellas?”. Y la de bichos que yo me cruzo todos los días y sobrevivo. -“Tu pobre madre, se tiene el cielo ganado”. ¡Ahí sí que llevan razón!

No voy a recurrir a los plazos que disfrutan otras mujeres de otros puntos de Europa para la crianza de sus bebés. No voy a quejarme de las recomendaciones de la OMS sobre lactancia infantil ni del último informe de la Sociedad de Pediatría que aconseja no meter a los niños en guarderías hasta los dos años.

Pero sí voy a lamentarme de que cuestiones como ésta estén completamente excluidas de la agenda de nuestros gobernantes por 'la que está cayendo’. Conciliación, baja maternal, permisos especiales… son conceptos que ni por asomo aparecerán en un Consejo de Ministro ni en el borrador de la próxima Reforma Laboral. No quiero mendigar vacaciones ni horas de lactancia, quiero unos derechos sólidos y acordes con esa Europa que tan de cabeza me trae para otras cosas.

Aún así, siempre habrá quien me recuerde que todavía soy afortunada por tener un sitio al que volver. Y lleva razón.



La eurodiputada Licia Ronzulli, quien en 2010 acudió al Parlamento Europeo a votar con su bebé en brazos.

1 comentario:

  1. Magnífico Inma. Has comprimido perfectamente algo que daría para hablar horas y horas, y al final terminar indignados por estar todavía como estamos. Y lo peor de esto, es que consiguen que tengamos hasta cargo de conciencia por no dar más de si. Algún día, cuando se den cuenta de que, tanto como madres y como MUJERES trabajadoras, somos el motor de este pais, y nuestros hijos el futuro, tal vez entonces, las cosas se pongan en su sitio, y se hable de una conciliación real.

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