Hoy debería reincorporarme al
trabajo tras mi baja maternal. Han pasado las 16 semanas que me corresponden
por ley desde que nació mi segundo hijo y hoy debería volver a mi rutina
laboral. No será así porque, como muchas otras madres, he sumado mis días de
lactancia y permisos por vacaciones para retrasar un poquito el destete físico y
emocional de mi pequeño.
Mi hijo apenas tiene tres meses y
medio. No ingiere sólidos, no fabrica anticuerpos y apenas distingue el día de
la noche. Y aún así debería buscar una guardería, o contratar a alguien que lo cuidara, o abusar de la generosidad de mi madre y echarle una –otra
más- carga encima.
Cuando se aborda el tema de la
duración de la baja maternal en España siempre se redunda en los inconvenientes
para el niño. Pero déjenme que les hable de la madre.
Todos alaban los beneficios que acarrea
la lactancia materna, yo soy una firme defensora de ella. Pero pocos se
acuerdan del desgaste físico que conlleva para la madre, del cansancio y la
falta de sueño.
Yo creo que la baja por maternidad
la ideó un hombre. Sí, el primer día que su mujer le dijo que había dormido
cinco horas seguidas, él le respondió que ya era hora de que volviera a
trabajar. (No les miento, la semana pasada por fin conseguí
empalmar cinco horas de sueño durante tres noches seguidas por vez primera en
muchos meses).
La recuperación post-parto, el
desequilibrio hormonal, la adaptación de los hermanos al nuevo miembro de la
familia…son otras de las perlas que ya se suponen superadas y que
“perfectamente”, según los expertos –la mayoría de ellos hombres claro, si no, no se
entiende-, se pueden compatibilizar con ocho horas de trabajo.
Y no olviden la presión social
que la vuelta a la vida laboral conlleva para las mujeres. -“¿No te planteas
una excedencia?”. Claro que sí, ya me gustaría, pero mi cuenta bancaria no
opina lo mismo. -¿“Lo vas a meter en una guardería, con la de virus que hay en
ellas?”. Y la de bichos que yo me
cruzo todos los días y sobrevivo. -“Tu pobre madre, se tiene el cielo ganado”. ¡Ahí
sí que llevan razón!
No voy a recurrir a los plazos
que disfrutan otras mujeres de otros puntos de Europa para la crianza de sus
bebés. No voy a quejarme de las recomendaciones de la OMS sobre lactancia
infantil ni del último informe de la Sociedad de Pediatría que aconseja no
meter a los niños en guarderías hasta los dos años.
Pero sí voy a lamentarme de que
cuestiones como ésta estén completamente excluidas de la agenda de nuestros
gobernantes por 'la que está cayendo’. Conciliación, baja maternal, permisos
especiales… son conceptos que ni por asomo aparecerán en un Consejo de Ministro
ni en el borrador de la próxima Reforma
Laboral. No quiero mendigar vacaciones ni horas de lactancia, quiero unos
derechos sólidos y acordes con esa Europa que tan de cabeza me trae para otras
cosas.
Aún así, siempre habrá quien me
recuerde que todavía soy afortunada por tener un sitio al que volver. Y lleva
razón.
La eurodiputada Licia Ronzulli, quien en 2010 acudió
al Parlamento Europeo a votar con su bebé en brazos.
Magnífico Inma. Has comprimido perfectamente algo que daría para hablar horas y horas, y al final terminar indignados por estar todavía como estamos. Y lo peor de esto, es que consiguen que tengamos hasta cargo de conciencia por no dar más de si. Algún día, cuando se den cuenta de que, tanto como madres y como MUJERES trabajadoras, somos el motor de este pais, y nuestros hijos el futuro, tal vez entonces, las cosas se pongan en su sitio, y se hable de una conciliación real.
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